Modelando la Educación, Modelando lo humano del Homo Faber


Modelando lo Humano en el Homo Faber

Temístocles Muñoz López

(Entregado a revisión para publicación)

Ortega y Gasset previó en 1930 una inquietante contradicción: "es preciso que el hombre de ciencia deje de ser lo que hoy es con deplorable frecuencia, un bárbaro que sabe mucho de una cosa", esto como consecuencia de la elevada tendencia para especializar el aprendizaje del hombre y la mujer solo en conocimientos "útiles" y producidos en serie por la escuela siguiendo un modelo industrial.


Entendemos lo Humano como el conjunto de las posibilidades y límites sucesivos que tiene nuestra especie, y que lo diferencian de los demás animales por sus cualidades específicas como el desarrollo del pensamiento abstracto que permite pensar las ideas, aunado al desarrollo del juicio moral que regula la convivencia y nos conduce a nuestra autonomía valoral.

Así, nos distingue tanto el desarrollo de la cultura y las artes, como la historia, poesía, la gramática, la literatura y la filosofía moral, la religiosidad, además de un pensamiento lógico matemático y otro verbal que nos acerca mientras nos comunica, constituyendo este desarrollo el pilar de las grandes civilizaciones que se guardan en los rastros de la historia; por éstas cualidades el hombre es el único animal que puede ver a su pasado, y a medida que se desarrolla como persona o socialmente, su mirada es más madura, profunda y amplia.

Octavi Fullat, eminente filósofo catalán, hablando de Posmodernidad e incertidumbre, menciona que en ésta época la educación tiene que centrarse en dos valores que han sobrevivido a los turbulentos cambios seculares de la educación, la dignidad de cada ser humano (no de la humanidad) y la eficacia, esto es, el hacer las cosas bien; es así desde los griegos, los romanos y sus portentosas obras que sobreviven a generaciones. Ésta, dice, es el núcleo de animal educandum, o animal que requiere ser educado.


Pretendemos con un Modelo Educativo Humanista hacer posible la realización plena de esa humanidad de la persona, al tiempo que la preparamos para tener los recursos necesarios y suficientes para vivir una vida adulta también plena, integrada productivamente, con satisfacción al concierto social, y preparada para el aprendizaje a lo largo de la vida, en esta nueva y tecnológicamente articulada sociedad del conocimiento mundial.

Los fundamentos filosóficos de la educación instauran la forma, las razones y los motivos que aseguran la raíz, principio y origen en que estriba este fenómeno constitutivo del Ser Humano y de su propia humanidad como atributo no material distintivo de la especie.

Esta visión la compartió Kant cuando afirmó que el género humano debe sacar poco a poco de sí mismo, por su propio esfuerzo, todas las disposiciones naturales de la humanidad. Una generación educa a la otra. El estado primitivo puede imaginarse en la incultura o en un grado de perfecta civilización. De hecho, en este esfuerzo la función de las instituciones educativas es educar, es desarrollar ése fenómeno tan complejo que nos permite evolucionar y mejorarnos, bajo la premisa de que el hombre nunca es algo, siempre se está transformando en algo.

Es necesario repensar críticamente el anacrónico modelo de “enseñanza de valores” propios de un adoctrinamiento secular con perspectivas deontológicas, y a las instituciones que han sido las responsables de predicar, ejemplificar y regular los comportamientos sociales, para volver al Ser cuyos principios caracterizan “la humanidad” de nuestra especie.

La educación superior estará, sin duda, limitada, constreñida, acotada, si no incluye el desarrollo moral dentro de sus modelos académicos de manera significativa y explícita.

En lo Humano triunfa el discurso mental, y en el mejor de los casos, por la virtud y por el bien deconstruye y reconstruye su realidad permanentemente.

Educar lo humano es extraer, desplegar y refinar todas las cualidades que nos distinguen entre los animales. 


En todos los casos el vivir en colectivo implica el conocimiento y observación de ciertas reglas. Es así como el lenguaje articula una red social característica en cada comunidad humana, donde todo depende la complejidad de comportamientos y acciones del individuo, y de la intensidad y variedad de sus relaciones emotivas, afectivas o racionales con los demás.

Esta fundamental compatibilidad original entre lo humano abstracto, imaginativo e ideacional por una parte, y lo profesional, práctico, aplicado por otra, dentro del humanismo original, nos hace a los humanos más que un ser puramente elemental y rústico, en un Ser pulido, refinado y decantado en sus virtudes e intensamente cultivado para destacar la dignidad del hombre por la realización plena, armónica e integral del Ser Humano en el núcleo de su discurso formativo, convirtiéndolo en la meta y en el fin de todo el esfuerzo escolar. Esto fue para los griegos una paideia que impregna por todos sus frentes la naturaleza de la educación. 

En la vida social de un colectivo humano, como en las organizaciones que él forma, se transmite el legado entretejido de los conocimientos y los valores sociales que consideran que deben ser preservados como la parte más valiosa de su tradición, y los que constituyen el designio de su trabajo para la vida y para ganarse la vida.

Aquí ya descubrimos la verdadera naturaleza de la educación, como un proceso de sacar lo humano que ya existe en cada uno al tiempo que se refinan y destilan cuidadosamente sus virtudes y se controla su ineludible naturaleza animal que permanece dentro de sí dando soporte a su existencia vital contenida en el propio humano que emerge y obliga a una transformación.

Así pues, la educación es el trabajo de sacar lo mejor del original Ser Humano interior que tiene cada persona (per-se-una), refinarlo, prepararlo para controlar al ente biológico y sobre él, construir el imperio de la psique en lo emotivo, lo afectivo y lo racional de la mente.

Así, se requiere articular las Dimensiones o campos formativos del Desarrollo Humano de los estudiantes con el Conocimiento profesional del Experto, con un Marco Curricular Humanista.

Pretendemos fundamentalmente con el Modelo Educativo Humanista hacer posible la realización plena de la persona, y que desarrolle un conocimiento profesional experto con dominio de lo teórico a lo instrumental, ambas condiciones indispensables para cubrir todas las dimensiones de la vida contemporánea de calidad.

Ambas condiciones también consideran y contienen los atributos que imponen las nuevas realidades mundiales, en un entorno globalizante, altamente tecnologizado, y además, impulsadas con una clara orientación humanista de los educadores. Así, el Modelo Educativo Humanista muestra las dimensiones del Desarrollo Profesional, el Humano y el Social de los estudiantes como distintas perspectivas del mismo plano formativo, a quienes se busca realizar plenamente con esas cualidades.

Se busca así que su formación integral cuente con las mejores disposiciones personales, como son los conocimientos, valores, hábitos, actitudes y aptitudes que establece la Ley Estatal de Educación de Coahuila en su artículo 53, utilizando como medio el Conocimiento Experto y una gran Flexibilidad curricular.

Académicamente las planeaciones de los docentes requieren mostrar con claridad a qué competencia (o Criterio de Realización Personal) apunta cada aprendizaje esperado para el cumplimiento del Marco Curricular Humanista para centrar el nuevo paradigma del proceso pedagógico en la persona y que ésta sea concebida de una manera integral, como una totalidad.
¿Le entras?

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