La práctica docente ¿Reflexiva? y la Nueva docencia ¿Nueva?

La práctica docente ¿Reflexiva? y la Nueva docencia ¿Nueva?

Dr. Temístocles Muñoz López

http://www2.uadec.mx/pub/interactivo/gacetaJun2016/index.html#/58

“La Educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”
Paulo Freire

Ineludible, inobjetable. Uno recuerda más y con más cariño a los verdaderos Maestros, a los que nos forman, a los que no solamente nos enseñan o informan, esos profesores tradicionales son solo enseñadores. Enseñar (lat. Insignare) es señalar, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos (según la Real Academia) es una actividad sobrevalorada y propia de tiempos pasados donde el conocimiento sólido, firme, práctico e inmutable estaba en las escuelas por encima de la formación humana. Sin embargo ya todo cambió y la educación también, ahora los Maestros pioneros están transformándose en el cambio educativo con sus instituciones.

La Pedagogía es definida como la teoría y la práctica científica de la educación, y para serlo, se alimenta de la práctica docente reflexiva, el hecho cotidiano de practicar la educación y luego pacientemente sistematizar, articular y dar sentido a los hechos, para construir explicaciones y experiencias, extraer máximas, parábolas, lecciones y moralejas que fortalezcan la noble labor de construir al Ser Humano.
Efectivamente, la nueva praxis docente en la educación superior está enmarcada en cuatro funciones básicas, cuatro actividades también básicas, y tres elementos constituyentes de la práctica docente cotidiana. Todo dentro de un proceso evolutivo.

Las cuatro funciones básicas de los docentes son la Docencia (no la enseñanza), la generación del conocimiento o investigación, la orientación a los estudiantes en las tutorías y asesorías y, la Gestión institucional mediante su participación en grupos colegiados.
En sus cuatro actividades básicas, la primera inicia con la Planeación de la asignatura, luego el Diseño de los ambientes de aprendizaje, después el Desarrollo del acto educativo donde cristaliza la ejecución cotidiana de su práctica con el grupo y finalmente, en la evaluación de los aprendizajes y su obra formativa.



Adicionalmente, la práctica docente cotidiana en el aula, también conocida como el Acto Educativo, y hoy por hoy fundada en la Experiencia del estudiante, el Análisis Individual y Grupal y, el Trabajo en Equipos, está construida por tres elementos que son: a) los Contenidos, que por sí mismos imponen condiciones a los aprendizajes, b) las pautas o Condiciones Pedagógicas de la Docencia que regulan la conducción del proceso áulico o de estudio independiente (tengo registradas 22), para el inicio, el desarrollo y el cierre de la sesión, y c) los métodos, técnicas, estrategias e instrumentos específicos para lograr la eficiencia, eficacia y efectividad de los aprendizajes, por ejemplo el Aprendizaje basado en problemas (ABP), la técnica de problemas, el Método de Proyectos, la técnica de Estudio de casos, el método de la investigación, el método de la experimentación, el Aprendizaje in situ o situado, o el Aprendizaje cooperativo.


Y aquí está el quid, todos estos componentes ya articulados de funciones, actividades y elementos complejizan el trabajo docente (no tanto) y quiénes como todo trabajador, requerirán formación y capacitación. Más aún el docente en funciones sabe que esta práctica necesita estar acompañada con una reflexión crítica permanente de sus procesos y sus productos, así como en un alineamiento con el Logro Educativo que la institución preconiza en los objetivos del Programa, el Perfil del egresado y los Indicadores de calidad.

En estos momentos el cambio reside en el maestro y su comprensión de la evolución reciente de la docencia que tiene centralidad en el estudiante. Así, podemos pensar que hay tres etapas bien diferenciadas de la evolución del trabajo docente. A partir de la primera etapa que sigue la tradición de enseñar, podemos afirmar que la verdadera función del docente no es dar clases, sino lograr que los estudiantes aprendan, lo que da pié a la segunda etapa que enfatiza el aprender pero sigue anclada en el aspecto cognitivo del estudiante sin llegar a ser integral. Por último, en su tercera etapa de evolución el docente busca el desarrollo humano (centralidad del estudiante) aprovechando sus procesos de aprendizaje, para apoyarlo en lo físico-motriz, perceptual, afectivo, moral e intelectual, es decir, una educación integral, no solo cognoscitiva.

Con la intención de ejemplificar diremos que actualmente, en la flamante tercera etapa de la docencia, y tomando los núcleos más relevantes de la educación, en lugar de enseñar matemáticas se busca desarrollar el pensamiento lógico matemático, en lugar de enseñar a leer desarrollo del razonamiento verbal, y en lugar de enseñar valores se desarrolla el juicio de razonamiento moral de sus estudiantes.


Estos núcleos los refieren las instituciones como la OCDE en los estudios PISA o las evaluaciones de las Pruebas de Aptitud Académica del College Board (SAT) el SENESCYT SNNA ENES, CENEVAL (EXANI I Y II), y otras instituciones. Así queda atrás, hundiéndose lentamente en el pantano del pasado, la tradicional función de “dar clases”, memorizar y repetir como pilares de la didáctica.

Te pregunto: ¿Cuáles son las cuatro funciones del docente contemporáneo? ¿Cuáles son las cuatro actividades del docente contemporáneo? ¿Cuáles son los tres elementos de la práctica docente cotidiana? Y la última ¿Cuáles son las tres etapas de la evolución contemporánea del trabajo docente?
Si respondiste bien eres un maestro de 10.

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