Homo matheticus (Hombre que aprende) El sujeto de la educación contemporánea
Homo matheticus (Hombre que aprende) El sujeto de la educación contemporánea
Dr. Temístocles Muñoz López
http://www2.uadec.mx/pub/interactivo/gazetaAbril2015/files/mobile/index.html#54
El aprendizaje social más útil en el mundo moderno es el aprendizaje del proceso de aprendizaje, que significa adquirir una continua actitud de apertura frente a las experiencias, e incorporar a sí mismo el proceso de cambio… Desde mi punto de vista, enseñar es una actividad relativamente poco importante y sobrevalorada
Carl Rogers, 1975
La transición es feroz, despiadada, impasible en su avance y consecuencias. La Modernidad va perdiéndose engullida por el horizonte del pasado con todas sus instituciones tradicionales, que se derrumban ante el tenaz impulso de la novedad, el cambio, la transformación sin límite, la primacía del yo sin ambages, y el omnipresente Estado Evaluador de la Posmodernidad que todo lo observa y certifica.
Estamos en un cambio de época. Morin dice que “Si la modernidad se define como fe incondicional en el progreso, en la técnica, en la ciencia, en el desarrollo económico, entonces esta modernidad está muerta.”
En la emergente Posmodernidad reinan la liberación de la sexualidad, la singularidad del individuo y sus egoísmos, el consumismo, el hedonismo... mientras la ciencia, el arte, la moral, la religión… perecen consumidos en sus fastuosos y seculares templos. El Sistema se apoderó de las banderas de la nación y del proletariado, y los sofistas están en posición de proclamar su pírrica victoria frente a la Filosofía con mayúsculas.
Los nuevos códigos culturales y tecnológicos amplían así la brecha digital entre alumnos y maestros en perjuicio de los docentes, mientras corremos desde la sociedad de servicios hacia una sociedad del conocimiento fundada en la identidad cultural, el reconocimiento y la tolerancia de la diversidad, así como la formación y articulación de capital humano, intelectual y social. Vaya escenarios. ¿Es necesario un nuevo tipo de hombre que aprenda permanentemente a lo largo de la vida?
Dijimos en 2005 que en la educación se reemplaza el tradicional Paradigma Didáctico basado en enfatizar la enseñanza de contenidos, en la instrucción, en la organización de los contenidos fuera del estudiante (heteroestructuración), y el concepto de alumno (a: sin, lumen: luz; y por tanto ignorante) que requiere la instrucción o ilustración del fuego divino del maestro Prometeo venido desde fuera, y que requiere de buena memoria para poder repetir idénticamente los contenidos en las evaluaciones.
El reemplazo vino de los dominios del helénico y primigenio Paradigma Matético (mathema: lo aprendido), centrado en el estudiante y sus procesos de aprendizaje significativo, constructivista y metacognitivo; en ubicar a los contenidos como medio para desarrollar al estudiante con métodos de autoestructuración de contenidos en interacción con la realidad y la experiencia, sin mediadores didácticos, y con trabajo colaborativo, entre otras condiciones. Pero… ¿quién tiene la brújula mágica que ha de orientarnos en esta espesa niebla de incertidumbre que se apoltrona en la transición a la posmodernidad, en el cambio educacional de las volátiles instituciones?
Las nuevas tendencias educativas del siglo XXI tienen su propio catálogo de problemas, con el imperativo de articular sinérgicamente el Capital Humano. Así, la educación centrada en el aprendizaje y el estudiante es adoptada rápidamente por los centros escolares, con el estudio de los perfiles de aprendizaje, el desarrollo del juicio moral, y las competencias curriculares que germinan en los programas oficiales. Aquí aparece el preconizado docente facilitador, constructor de ambientes de aprendizaje y promotor de la investigación como medio para aprender, del desarrollo de ambientes educativos tecnologizados donde se prioriza el manejo de los conflictos y las tensiones en el trabajo en equipos con aprendizaje colaborativo; hay nuevas carreras y desaparición de las antiguas por el remplazo de segmentos laborales; la educación a distancia se generaliza y hay diplomados en todas partes para la actualización laboral. Ya es un hecho, el aprendizaje es inevitablemente continuo a lo largo de la vida. Es la escuela enfocada al aprendizaje y centrada en el estudiante, la escuela formadora más que informadora o certificadora. Pero… ¿Es necesario un nuevo tipo de estudiante?
Hoy los estudiantes universitarios en su mayoría buscan los conocimientos prácticos, competencias y aptitudes, más que educarse integralmente para el desarrollo pleno y armónico de todas las facultades y potencialidades humanas. Ya la escuela es moderna pero los estudiantes son posmodernos. Sus valores escolares no soportan el eidos de la educación tradicional porque no confían en los sarcófagos del saber fundado en la ciencia, solo piensan en la comunicación, en los lenguajes que soportan la información como mercancía, el saber funcional, operativo y utilitario. Tienen una necesidad del saber individualizado eficaz y útil, un saber formal asido a otro experencial.
En este escenario se tiende solamente a la escuela de la utilidad y la necesidad, el aprendizaje de herramientas para el mundo del trabajo, plural, con una cultura no para reflexionar sino para vivir. ¿Puede la escuela fortalecerlos sin desdibujar sus intereses?
En el nuevo paradigma Matético la formación de docentes tiene la premisa de que la verdadera función del maestro no es dar clases, sino lograr que los estudiantes aprendan, lo que significa el ocaso del largo reinado de la didáctica: el arte de enseñar. Se perfila así el Homo matheticus, el Hombre que tiende a ocupar el sitio protagónico en la educación contemporánea, orientada al aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
En 2009, utilizando el Modelo Normativo de Valores en una matriz, obtuvimos los atributos que perfilan a éste H. matheticus en la perspectiva objetiva del qué y el cómo (en filas); y se delinea (en columnas) lo que es en función de lo obligado, lo permitido, lo antagónico y lo punible. En él se consideran las nuevas demandas científicas, tecnológicas y culturales mundiales, y las de un hombre que vive adaptado a las realidades de la sociedad del conocimiento.
Este Hombre (con mayúscula, denotando ambos sexos) tiene conocimiento detallado y preciso de sus canales de percepción y sus perfiles de aprendizaje; ha desarrollado en la escuela su juicio de razonamiento moral; tiene como un hábito actualizarse permanentemente y mantenerse informado; mejora en forma selectiva sus aptitudes y competencias humanas para la vida en interacción social y el trabajo colaborativo; y finalmente sus actitudes son de proactividad al análisis y desarrollo constructivo en lo físico, en lo perceptual, en su vida afectiva, en su moralidad y en su intelecto.
Para el H. matheticus el conocimiento es transicional, su interés está en el aprendizaje permanente del Ser, el Conocer, el Saber, el Convivir y el Hacer. Aunado a lo anterior enriquece sus cinco disposiciones personales que incluyen conocimientos, valores, hábitos, actitudes y aptitudes; una función de la educación superior, según el artículo 53 de la Ley de Educación de Coahuila desde 1996. ¿Premonición?
Me parece muy interesante lo que escribió, creo que el ser humano constantemente se mantiene en cambio, es parte de su misma existencia, ya que desde de la antigüedad se ha visto, que la misma evolución mantiene el cambio, como fue, del ser nómada al establecerse como sedentario y desarrollar nuevos métodos para la siembra.
ResponderEliminarTiempos modernos y la sociedad nos han mantienen en constante proceso educativo, un ejemplo burdo es el proceso de pagar la cuenta telefónica o hacer un depósito en el banco, ya no es igual que antes y la gente ha ido aprendiendo a desarrollar esa parte de educación en la tecnología y no precisamente hablando del ámbito educativo, el cuál, ya no se mantiene exclusivo dentro del área del aula, se puede llevar a diferentes partes, lugares y situaciones. Creo firmemente que es un avance impresionante el que se este educando para comprender y entender, para poder saber el porqué se hacen las cosas y no solo a repetir para salir del paso.
La humanidad constantemente se encuentra en movimiento, esta teniendo cambios. Se han ido creando nuevas formas de enseñar. Con la creación de las herramientas digitales se facilita el trabajo. Los alumnos cada vez son mas autónomos.
ResponderEliminarLa educación y el ser humano se ha transformando a lo largo de su existencia, en la actualidad se enfoca en sacar las potencialidades de cada individuo, lo que ha trasformado al docente en un facilitador del conocimiento, proporcionando las herramientas necesarias para que la investigación sea un medio para aprender, sin embargo, en muchas ocasiones encontramos que los estudiantes no están preparados para llevar a cabo esta práctica.
ResponderEliminarLa pandemia en la cual nos vimos obligados a resguardarnos por un largo tiempo se empezaron a visualizar diferentes opciones para retomar ciertas actividades, una de ellas la educación, lo que obligo a los maestros renuentes a utilizar herramientas tecnológicas para la docencia a trabajar con ellas, un proceso difícil pero que abrió la perspectiva de muchos, creo que estas actividades también obligo a los estudiantes a investigar más a no esperar toda la información por parte del docente, lo cual considero es un gran aporte para cada individuo, porque son acciones que apoyan no solo a la materia que se está trabajando si no a las habilidades sociales de cada individuo.