Cambio, Cambio, Cambio... ¿y después? cambio educativo
Cambio, cambio, cambio, ¿y luego?… Cambio educativo
Temístocles Muñoz López
http://www2.uadec.mx/pub/interactivo/gacetaseptiembre2014/index.html#/38
Escucha Modernidad y Posmodernidad
Escucha Modernidad y Posmodernidad
Antes, en los años 70 dijimos que vivimos una época de cambios, en los 80 la única constante era el cambio, ahora vivimos un cambio de época.
Con el grácil giro de la lengua cafeinada, los Modernos se apoltronan en su mullido pasado y lanzan la fácil opinión contestataria, la doxa de los francotiradores verbales sobre el prolífico panorama de cambios que se agrupan en el vasto paisaje social.
En este artículo se trata de engarzar una tríada harto rebelde; la relación entre la nueva cultura en una nueva generación, la educación que convive en un modelo tradicional con las apenas emergentes tendencias rearticuladas, y la transición entre la posmodernidad epocal que sustituye a la modernidad.
Estamos forzados en ésta temática a revisitar la ruptura, quiebre y dilución agónica de la modernidad en el Siglo XX, es un tema ineludible, porque tras su crisis y sobre ella viene una amplia transición hacia el orden totalmente diferente de la posmodernidad. De hecho, para muchos de los nacidos en el siglo recién agotado existe la idea de que “ya no hay valores”, ante su incapacidad o ceguera paradigmática para percibir que ya los valores son otros, que con sus antiguas lentes no pueden distinguir.
Las angustias existenciales de los modernos ante el incomprensible naufragio de su viejo orden, y el aún más incomprensible mundo emergente, han marginado sus agendas, métodos y afectos a la obsolescencia. En este escenario, los pocos que agudizaron su visión prospectiva oteando los nuevos horizontes se anticiparon, alertando a quienes supieron escuchar, sobre los escenarios de incertidumbre y la percepción de riesgos en la transición. La prospectiva es al fin, una función del intelecto.
Hemos intuido, gracias a estos últimos, que estamos parados con un pié en un mundo que desaparece en las arenas movedizas, y otro orden larvado que emerge lentamente como un barro que no acaba de solidificarse. Es la amplia transición que no termina de prolongarse desde fines de los ochentas montada a horcajadas en internet, y donde la posmodernidad nos aparece en un primer sentido como el rostro de Jano, una exacerbación ventajosa de la modernidad, y en otro como una condición fatal de mil caras, impuesta y regulada desde afuera para minar nuestra identidad y controlarla, o al menos suplantarla.
La Modernidad desde el siglo XV rompió con la racionalidad basada en la fe, la creencia y el dogma para sustituirlos por la razón del saber; ella buscaba el conocimiento aplicado para domeñar a la naturaleza, y para hacerla siervo de los fines humanos.
La posmodernidad, en cambio, ya no confía en los sarcófagos del saber anquilosado y el conocimiento petrificado, sino en el saber construido, práctico y utilitario basado en el manejo integrado de los media, la tecnología informática y las telecomunicaciones.
Con la modernidad desaparece el Estado del nacional socialismo revolucionario, el Estado paternalista, patrimonialista, benefactor y propietario, que es suplantado en la posmodernidad por la primacía del Yo, y el advenimiento entre fanfarrias del Estado Evaluador de todo y de todos en todas partes.
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La posmodernidad, don’t worry be happy, también cambia la educación, y si ella es nuestro trabajo, requerimos entender que alguien ya se llevó nuestro queso (gracias Spencer Johnson) y no volverá jamás, ya hay queso nuevo. Ahora los maestros y las escuelas somos modernos, pero los estudiantes son posmodernos, el paradigma didáctico sucumbe ante el paradigma Matético (mathema: lo aprendido), la Nueva Educación está y viene centrada en el desarrollo integral estudiante y su aprendizaje, los maestros son facilitadores, no enseñadores de pizarrón, los contenidos se organizan como un medio para el desenvolvimiento de los jóvenes, y los métodos y técnicas se ajustan a los ambientes de aprendizaje tecnologizados y grupales. Esto es inminente.
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¿Estamos listos para cambiar?
interesante
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